
El avance de los procesos de transformación digital y la intensificación de las ciberamenazas impulsa con fuerza la demanda de servicios de ciberseguridad.
La facturación global de los operadores dedicados a esta actividad se situó en 1.950 millones de euros en 2022, lo que supuso un aumento del 14,7% respecto al año anterior y un incremento del 30% respecto a solo dos años antes.