El Museu de Mallorca acoge hasta el 15 de octubre las muestras individuales de los ganadores de la primera edición del Mallorca International Art Award (MiAA): Marcelo Víquez en la categoría de artistas de media carrera y Alba Suau en la de artistas de menos de 35 años.
Además de la inauguración de sendas exposiciones, en el acto celebrado hoy en el Museu de Mallorca se ha realizado la entrega de premios y presentado a la sociedad mallorquina esta iniciativa privada impulsada por Mercedes Estarellas -gestora cultural y directora de la galería Kaplan Projects- y el empresario alemán Paul J. Feldhoff.
El Mallorca International Art Award tiene como objetivo apoyar y promocionar el trabajo de artistas mallorquines, residentes en Mallorca y vinculados con la Isla, y en esta primera edición han concurrido por invitación un total de 43 artistas; 30 en la categoría de media carrera y 13 en la de menos de 35.
El jurado de esta primera edición ha estado compuesto por Mercedes Estarellas, Enrique Juncosa, Jule Kewenig, Fernando Gómez de la Cuesta, Patricia Asbaek, Julia Campbell Carter, Paul Jörg Feldhoff.
El Mallorca International Art Award (MiAA) ha celebrado hoy en el Museu de Mallorca la inauguración de las exposiciones individuales de los ganadores de su primera edición, Marcelo Víquez en la categoría de artistas de media carrera y Alba Suau en la de menos de 35 años. Además, el acto ha servido también para realizar la entrega de premios y presentar a la sociedad mallorquina esta iniciativa privada impulsada por Mercedes Estarellas (gestora cultural y directora de la galería Kaplan Projects) y el empresario alemán Paul J Feldhoff que tiene como objetivo poner en valor y apoyar el trabajo de artistas mallorquines, que residan en Mallorca o tengan
vínculos con la Isla. El jurado de esta primera edición está compuesto por Mercedes Estarellas, Enrique Juncosa, Jule Kewenig, Fernando Gómez de la Cuesta, Patricia Asbaek, Julia Campbell Carter y Paul Jörg Feldhoff. Asimismo, las exposiciones cuentan con la colaboración del Consell de Mallorca y del Ajuntament de Palma.
Mercedes Estarellas explica que “teniendo en cuenta que es tan solo la primera edición el balance y las expectativas no pueden ser más optimistas. Hemos tenido muy buena acogida por parte de los artistas y estamos convencidos de que el Mallorca International Art Award va a ser una herramienta muy útil para promocionar la creación contemporánea que se lleva a cabo en Mallorca. Tenemos un escenario cultural de un nivel espectacular y quienes formamos parte del mismo -de una manera u otra- tenemos la obligación de contribuir a su promoción”. Además, añade, “quiero dar las gracias a Paul Feldhoff por su entusiasmo en la iniciativa y a todas las personas que han contribuido a que rápidamente pasara de un bonito proyecto a una ilusionante realidad. Gracias a los artistas por su extraordinaria acogida, a los miembros del jurado por su gran trabajo y a los medios de comunicación por su ayuda en la promoción del arte contemporáneo de la Isla”.
Marcelo Víquez | Media carrera
Marcelo Víquez es el ganador en la categoría de media carrera, dotada un premio económico de 12.500 € y la exposición individual hoy inaugurada. Es un artista multidisciplinario que trabaja en una gran variedad de medios, que incluyen dibujo, escultura, instalación, pintura, vídeo, fotografía y música. Nacido en 1971 en Montevideo (Uruguay), estudió Bellas Artes en su ciudad natal y luego en Cuenca, antes de asistir a clases de diseño gráfico en Mallorca, donde vive desde hace más de dos décadas. El título de la exposición de Marcelo Víquez es “Sín título, 2022 (Reconocimiento del vacío con la ayuda de cuatro estructuras de madera)” y está compuesta por cuatro piezas que pertenecen al género del autorretrato.
Alba Suau | Menos de 35 años
Alba Suau (Pollença, 1997) es la ganadora en la categoría de artistas de menos de 35 años, cuyo premio económico es de 5.000 euros. Artista multidisciplinar, realizó sus estudios de Bellas Artes entre la Universidad de Barcelona y École Supérieure d’Art et de Design Marseille-Méditerranée. Actualmente reside en Bruselas, donde cursa el Máster en Pintura en La Cambre, École Nationale Supérieure Des Arts Visuels Brussels.
La obra de Alba Suau consiste en una exploración sobre el carácter meditativo de la pintura. Es una inmersión en la materia pictórica para encontrar la temporalidad propia de este medio. El nuevo cuerpo de trabajo expuesto en Arròs melós -título de la exposición- es el resultado de traducir su experiencia de los últimos meses en Bélgica, Estados Unidos e Islandia. Son ejercicios de traducción de la especificidad del lugar: de su sonoridad, de su lentitud, de sus estratos y líquenes.
El premio MiAA, explica la artista, “me permite algo que es muy bonito, que es que sea Mallorca el primer lugar donde voy a enseñar los trabajos que he estado realizando estos últimos meses en el extranjero. Además, pienso que es muy importante que aparezcan iniciativas como esta con el objetivo de promover Mallorca no solo por ser un destino turístico, sino por la escena artística que hay”.
Composición del jurado
El jurado de esta primera edición del Mallorca International Art Award está compuesto por Enrique Juncosa (comisario y crítico de arte); Jule Kewenig (propietario de la Galería Kewenig); Fernando Gómez de la Cuesta (comisario y crítico de arte), Patricia Asbaek (propietaria de la Galería Asbaek y del CCA Andratx), Julia Campbell Carter (asesora internacional de arte); Paul Jörg Feldhoff (miembro fundador del colectivo Art Club 15); y Mercedes Estarellas (galerista en Kaplan Projects, comisaria y gestora cultural).
Artistas seleccionados
Los artistas seleccionados para la primera edición del Mallorca International Art Award han sido los siguientes.
Media carrera: Cristòfol Pons, Diana Coca, Olimpia Velasco, Stella Rahola, Tomás Pizá, Kepa Garraza, Joan Cortès, Amparo Sard, Marcos Vidal, Marijo Ribas, Aggtelek, Aina Albo, Nuria Fuster, Irene de Andrés, Julian Palacz, Nicholas Woods, José Fiol, PSJM, Teresa Matas, Adriana Meunié, Susanne Rottenbacher, Luis Alfonso Villalobos, Caroline Kryzecki, Erika Hock, Cristina Ghetti, Juan Carlos Batista, Santiago Palenzuela, Dominik Halmer y Marcelo Víquez.
Menores de 35 años: Joan Canyelles, Marta Ruiz Anguera, Lluís Vidaña, Joan Llaneras, Mar Guerrero, Samuel Almansa, Josep Santamaria, Gracia de Juan, Alicia Santamaria, Dorothee Diebold, Ustina Yakovleva, Tomas Absolon y Alba Suau.
Texto de la exposición de Marcelo Víquez (a cargo de Carlos Jover)
La tradición del autorretrato en el arte se remonta a la antigüedad, pero es después de Freud cuando irrumpe en el género la plasmación sincera de los paisajes tormentosos interiores a través sus signos en los pliegues del rostro, el cansancio en las pupilas, la consunción del alma exhausta. Van Gogh, no obstante, como coetáneo suyo, pese a realizar unos cuarenta autorretratos, se representa usualmente en buenas condiciones, incluso en el célebre «Autorretrato con la oreja vendada», pintado tras su autolesión. Y ya no hablemos del último de ellos, una mentira piadosa que realizó como regalo de cumpleaños a su madre pese a estar ya ingresado en un centro psiquiátrico y en penosas condiciones. Francis Bacon, por su parte, también muy prolijo en el género, intentó trasladar ya -Freud mediante- sus desdichas y obsesiones mostrándose desollado, abierto en canal, una pústula palpitante de dolor y de sufrimiento.
Las cuatro piezas que componen la intervención de Marcelo Víquez en el Museo de Mallorca con motivo del otorgamiento de la primera edición del Premio Mallorca International Art Awards 2022 pertenecen al género del autorretrato. Que el vacío tenga la forma de su estado, que la ansiedad entronque con la condición de su actual mirada, que una tristeza profunda sea el marco -el horizonte de sucesos- de esa Nada existencial con perfil de agujero negro de antimateria, no debe extrañar a quien conoce los avatares biográficos de su último año. Si Edward Hopper expresó la soledad a través de figuras expuestas al olvido («Casa junto a la vía del tren», «Habitación de hotel», «Sol de mañana»),
Marcelo Víquez plantea su autorretrato al modo Ashbery («Autorretrato en espejo convexo»), con la deformación intencionada de lo que está en la sombra y no puede verse. Con madera reutilizada aquí como herramienta de una casi imposible labor de agrimensura, las cajas de vacío, contornos de la Nada, vagamente remiten a los confesionarios donde se trafica con el perdón y la remisión de los pecados. Pero aquí, excepto en un caso que representa la añoranza del pasado, el hueco de la rejilla frente al reclinatorio está tapiado: tal es la calidad del vacío interior (quien se confiesa, en esta religión, está en el interior de la caja de vacío), que nada hay que confesar. No es posible evacuar por ese agujero de inmundicias (ese «ass» freudiano) ya que al recortar el espacio del vacío también se tapió esa oscura oquedad. El vacío, por tanto, ha devenido completo, y lo llena todo. Incluso cabe en él la oreja desaparecida de Van Gogh.
Marcelo Víquez en crudo y en cruel. Una obra de impacto, como siempre en su caso, que habla desde la verdad desnuda, pese a que, como dijo Ashbery, la verdad no siempre satisface. Una obra para todos los públicos y para ninguno. Una obra austera que desborda vacío sobre nuestros pobres y engañados corazones. Una obra sin piedad.