Tommy Forni nos cuenta la otra historia de «Limoncello»

Tommy Forni Limoncello

Esta es la historia de un joven italiano que un día llegó a Mallorca con diez mil euros en el bolsillo y que hoy, tras haber sabido administrar este dinero y tras agradecer el apoyo recibido por la gente de Marratxí, es propietario de la pizzeria Limoncello, uno de los locales más carismáticos de Sa Cabaneta.


Tommy Forni, nacido en Lago d’Orta (Italia) entiende de albañilería (construyó su comercio actual a partir de una vieja nave que un día acogió un almacén de piensos), también de cerveza, de cocktelería y de cocina, entre otras muchas cosas, y espera que 2018 sea un año en el que la superación sea su bandera.

Los comienzos

La pizzería Limoncello abrió sus puertas el 10 de julio de 2010, después de que Tommy Forni y algunos ayudantes picaran mucha piedra en un local que, en unos seis meses (Camí de n’Olesa, número 48 de Sa Cabaneta), cambió totalmente su fisonomía. “Empezamos con sólo tres mesas”, recuerda Forni, quien, para arrancar, se asoció con otra persona para gestionar el negocio. “Yo vine a Mallorca con amplios estudios de cocktelería y con conocimientos de elaboración de cerveza artesanal que adquirí en Milán. Me uní a un cocinero, y, en plena temporada alta abrimos el negocio, tras haber acondicionado el local a conciencia…”

No obstante, Tommy Forni se quedó solo en la pizzería porque “no me gustaba la forma de trabajar de mi socio y la relación se rompió. Empecé una aventura nueva. Poco a poco me fui especializando en la elaboración de pasta y de pizzas. Se me despertó una gran afición por la cocina y comencé a coger ideas de grandes profesionales”.

Actualmente son diez las personas que trabajan en Limoncello. La cultura y las tradiciones italianas se mezclan en una “cocina muy elaborada en la que los productos de primera calidad son siempre la base. He llegado a la conclusión de qué una buena materia prima es importantísima a la hora de elaborar un plato de calidad. Aunque he aprendido recetas de grandes cocineros, tampoco me olvido de algunas que aprendí de mi abuela o mi madre”, dice.

Productos locales

A Tommy Forni le encanta explicar que, en Limoncello, “las 35 pizzas que tenemos en la carta se hacen con harinas integrales, albahaca deshidratada, o harinas negras de cinco cereales y/o de carbón vegetal activo. Las carnes a la piedra y otras especialidades, también forman parte de nuestra propuesta”.

Los clientes de Limoncello son, según su propietario, “de edades muy diversas. A los jóvenes les encantan nuestras pizzas, y a la gente de entre 35 y 90 años les gusta nuestra oferta. Hemos conseguido captar muchos clientes mallorquines y también extranjeros. Y es que, el hecho de tener abierto durante todo el año, juega a nuestro favor”.

La carta de Limoncello cambia cada cuatro meses. Forni señala que “siempre trabajamos con productos locales. Nunca manipulamos alimentos llegados desde muy lejos. Prefiero pagar más y tener atún fresco de la lonja de Palma que utilizar productos que llegan de la otra parte del mundo. No quiero prostituirme utilizando productos que arriban de la Patagonia. Quiero saber qué ofrezco en todo momento a mis clientes”.

Tommy Forni, que utiliza un castellano extremadamente correcto a la hora de expresarse, no renuncia, en absoluto, a su nacionalidad italiana, pero quiere agradecer “a la gente de Mallorca la gran acogida y la gran ayuda que me prestó cuando llegué aquí. Ahora mismo, me siento de Sa Cabaneta…”

 

 

 

 

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