Nace el proyecto Excalibur, 16 entidades se unen con el objetivo de minimizar el impacto ambiental del uso de fertilizantes en la agricultura de la Unión Europea

La agricultura desempeña un papel fundamental en la producción de alimentos para una población en constante crecimiento. Sin embargo, el uso intensivo de fertilizantes en la agricultura moderna ha generado preocupación debido a su impacto ambiental y social. En este sentido un grupo de 16 empresas y organismos procedentes de 10 países de la Unión Europea se han unido en el proyecto Excalibur, con el objetivo de modificar la calidad de la biodiversidad del suelo y reducir el uso de fertilizantes artificiales en la agricultura.
Agricultura Imagen ibeconomiacom

Este artículo examinará los efectos negativos de los fertilizantes en el medio ambiente, como la contaminación del agua y la degradación del suelo, así como las implicaciones sociales, incluida la salud humana y la desigualdad económica. También se explorarán posibles soluciones y enfoques más sostenibles para el uso de fertilizantes en la agricultura.

La introducción de fertilizantes químicos en la agricultura ha sido clave para aumentar la productividad y el rendimiento de los cultivos. Sin embargo, este beneficio ha sido acompañado por consecuencias ambientales y sociales significativas. Los fertilizantes, cuando se utilizan en exceso o de manera inadecuada, pueden tener efectos adversos en los ecosistemas acuáticos, la calidad del suelo y la salud humana. Además, su uso desigual puede agravar las desigualdades económicas y sociales en las comunidades agrícolas.

Impacto ambiental de los fertilizantes:

  1. Contaminación del agua: Los fertilizantes nitrogenados y fosfatados, cuando se lavan de los campos, pueden ingresar a las vías fluviales cercanas, provocando la eutrofización. Esto desencadena un crecimiento excesivo de algas y plantas acuáticas, agotando el oxígeno en el agua y afectando negativamente la vida acuática.
  2. Degradación del suelo: El uso excesivo de fertilizantes puede alterar el equilibrio natural de los nutrientes en el suelo, lo que conduce a la degradación de su estructura y fertilidad. Esto puede resultar en la disminución de la capacidad de retención de agua del suelo, la pérdida de biodiversidad y la erosión.
  3. Pérdida de biodiversidad: La aplicación indiscriminada de fertilizantes puede afectar negativamente la diversidad de especies en los sistemas agrícolas. La alteración de los nutrientes y la acidificación del suelo pueden desplazar a las especies nativas y favorecer a las especies invasoras.

Impacto social de los fertilizantes:

  1. Salud humana: La contaminación del agua con nitratos provenientes de los fertilizantes puede afectar la calidad del agua potable. La ingesta de agua contaminada con altos niveles de nitratos se ha asociado con problemas de salud, como la metahemoglobinemia o "síndrome del niño azul".
  2. Desigualdad económica: El acceso a fertilizantes y su uso eficiente pueden ser costosos, lo que puede resultar en desigualdades económicas en las comunidades agrícolas. Los agricultores con recursos limitados pueden tener dificultades para adquirir fertilizantes, lo que limita su capacidad para mejorar sus cultivos y aumentar sus ingresos.

Soluciones y enfoques sostenibles para mitigar el impacto ambiental y social del uso de fertilizantes en la agricultura incluyen:

  1. Agricultura de conservación: La adopción de prácticas agrícolas sostenibles, como la agricultura de conservación, puede reducir la dependencia de los fertilizantes químicos. Estas prácticas incluyen la rotación de cultivos, la siembra directa, la incorporación de residuos de cultivos y la aplicación precisa de fertilizantes.
  2. Fertilizantes orgánicos y naturales: El uso de fertilizantes orgánicos, como el compost y el estiércol, puede mejorar la fertilidad del suelo de manera más sostenible y reducir la necesidad de fertilizantes químicos. Además, el uso de fertilizantes naturales, como el guano de aves marinas o los fosfatos de roca, puede ser una alternativa más amigable con el medio ambiente.
  3. Manejo integrado de nutrientes: El enfoque del manejo integrado de nutrientes busca optimizar la eficiencia del uso de los fertilizantes, aplicando las cantidades adecuadas en el momento y lugar correctos. Esto implica el monitoreo regular de los niveles de nutrientes en el suelo y el ajuste de las dosis de fertilizantes según las necesidades específicas de los cultivos.
  4. Agroecología: La agroecología promueve la integración de principios ecológicos en la agricultura. Se centra en el diseño de sistemas agrícolas resilientes y diversificados, que minimicen la dependencia de los insumos externos, incluidos los fertilizantes químicos. El enfoque agroecológico enfatiza la conservación del suelo, la biodiversidad y la promoción de prácticas de manejo integrado de plagas y enfermedades.
  5. Educación y capacitación: Es crucial brindar educación y capacitación a los agricultores sobre el uso adecuado de los fertilizantes y las prácticas agrícolas sostenibles. Esto incluye la promoción de técnicas de manejo de nutrientes, la conciencia sobre los impactos ambientales y la transferencia de conocimientos sobre prácticas agroecológicas.
  6. Políticas y regulaciones: Es importante que los gobiernos implementen políticas y regulaciones que fomenten prácticas agrícolas sostenibles y restrinjan el uso excesivo de fertilizantes químicos. Estas políticas pueden incluir incentivos para la adopción de prácticas sostenibles, la promoción de sistemas de certificación orgánica y la restricción de la venta y uso de fertilizantes nocivos.

Al implementar estas soluciones y enfoques sostenibles, es posible reducir el impacto ambiental y social del uso de fertilizantes en la agricultura, promoviendo una agricultura más sostenible, saludable y equitativa.

En este sentido un grupo de 16 empresas y organismos procedentes de 10 países de la Unión Europea se han unido en el proyecto Excalibur, con el objetivo de modificar la calidad de la biodiversidad del suelo y reducir el uso de fertilizantes artificiales en la agricultura.

La iniciativa se centra en demostrar la eficacia de las prácticas de biocontrol y biofertilización para mantener la salud de las plantas sin el uso de elementos químicos. El enfoque principal de la investigación es la interacción constante a diferentes escalas entre las plantas, el suelo y los organismos que componen la microdiversidad del suelo.

Para lograrlo, se ha iniciado la construcción de un modelo de innovación basado en dos requisitos fundamentales del proyecto Excalibur. Por un lado, se incorporarán criterios para evaluar el estado de la biodiversidad existente en un suelo específico, y por otro lado, se desarrollarán herramientas tecnológicas para monitorear las condiciones óptimas de las propiedades del suelo para el crecimiento adecuado de los cultivos.

La efectividad de este estudio se está evaluando mediante la plantación de tres tipos de cultivos (tomate, manzana y fresa) en diferentes condiciones experimentales, distribuidos en varias zonas de campo abierto en Europa, que presentan características climáticas y de suelo distintas.

Lo que hace que esta iniciativa sea única en comparación con otras investigaciones es la utilización de prácticas tecnológicas para modificar la biodiversidad del suelo y utilizarlo como biofertilización. Estas técnicas innovadoras reducirían el uso de productos químicos adicionales y promoverían nuevas prácticas agroecológicas.

El proyecto Excalibur está financiado por Horizonte 2020, el programa de investigación de la Comisión Europea. Para obtener más información sobre el proyecto y los socios involucrados, se puede visitar el sitio web oficial en: https://www.excaliburproject.eu/

 

 

 

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