Comenzaron hace décadas como una ayuda para que algunas personas prácticamente sin recursos pudieran salir adelante. Hoy, los microcréditos son un instrumento totalmente normalizado, que ayuda a familias, empresas, autónomos e incluso estudiantes que necesitan un pequeño impulso para sacar adelante sus proyectos o afrontar gastos.
Requisitos para solicitar un microcrédito
Como los microcréditos son productos destinados a personas y proyectos que tienen dificultades para acceder a la financiación convencional, lo más probable es que la entidad que los concede exija el cumplimiento de ciertos requisitos que acrediten que no se pueden obtener recursos por otros medios.
Esto tiene mucho que ver con una de las principales características de los microcréditos: no requieren garantías o avales, que son uno de los obstáculos más habituales en el acceso a la financiación.
Cada entidad establece los requisitos necesarios para conceder un microcrédito. Así que, la respuesta adecuada a la pregunta “¿Puedo solicitar un microcrédito?” es “Consúltalo con tu banco”. Allí te podrán informar en detalle sobre las características del producto que mejor se adapta a tus necesidades, así como confirmar que cumples con las condiciones necesarias para acceder a él.
Perfiles que pueden solicitar un microcrédito
Aunque se suelen ver como financiación dirigida a personas que arrancan un negocio, lo cierto es que los perfiles a los que les puede interesar un microcrédito son muy variados. A continuación veremos algunos que son muy habituales y que encuentran productos a su medida en el mercado
Autónomos y microempresas
Los microcréditos suelen ser pequeños préstamos que se conceden por cantidades reducidas, lo que los convierte en un instrumento ideal para financiar pequeños proyectos empresariales.
Esa es la razón por la que los préstamos comerciales a microempresas son los productos más populares en Europa Occidental: hasta el 86 % de las entidades de microfinanzas de la zona los ofrecen, según el informe Microfinance in Europe.
Generalmente, para acceder a estos microcréditos las entidades exigen a los solicitantes no superar cierto número de empleados ni determinado umbral de facturación anual.
Startups y pymes
Los microcréditos pueden resultar de gran ayuda a distintos proyectos empresariales y en momentos diferentes de la vida de la empresa. Por eso es habitual que tanto startups como pymes con cierto recorrido soliciten este tipo de financiación.
Esto se debe a que los microcréditos pueden financiar tanto el inicio de una empresa como su ampliación o consolidación. También pueden servir de ayuda en momentos de falta de liquidez causada, por ejemplo, por una crisis, por retrasos en el cobro de facturas o cambios en las condiciones de pagos a proveedores.
Este tipo de circunstancias pueden endurecer el acceso al crédito de las empresas, por eso los microcréditos pueden convertirse en una opción adecuada.
Familias
Más allá del panorama empresarial, las familias son también grandes beneficiarias de la existencia de los microcréditos. Esto se debe a que la vida de una familia no siempre es igual y tanto las circunstancias como las necesidades de sus integrantes evolucionan con el tiempo.
Esa evolución puede llevar a la familia a encontrarse en una situación precaria en un momento dado. Este es el caso de aquellas en las que todos sus miembros se quedan sin empleo y ven reducidos sus ingresos de manera importante.
También puede llegar el momento en el que sea necesario realizar reformas en la vivienda o incluso recibir un tratamiento médico determinado pero la familia no cuente con la suficiente liquidez ni oportunidad de acceder a un préstamo convencional.
Estudiantes
La educación y la formación son básicas para el desarrollo de una sociedad. Por esa razón, los microcréditos son opciones especialmente adecuadas para personas que desean ampliar sus estudios y sus competencias profesionales. Lo son, entre otras ventajas, por la amplia carencia de capital que presentan estos productos. Esto da tiempo a los estudiantes a conseguir un empleo y devolver el préstamo cuando finalicen sus estudios y sus ingresos aumenten.
Estos microcréditos permiten financiar desde formación para mejorar la empleabilidad de trabajadores a estudios secundarios, universitarios, de capacitación o másteres en el extranjero, entre otras posibilidades.