La estabilidad financiera en la zona euro sigue siendo frágil, en medio de desafíos económicos y ajustes desordenados de precios

Crisis finazas Imagen de Mohamed Hassan

El reciente Informe de Estabilidad Financiera publicado por el Banco Central Europeo (BCE) revela que la estabilidad financiera en la zona euro continúa siendo frágil. El endurecimiento de las condiciones financieras ha puesto a prueba la resistencia de los hogares, las empresas, las Administraciones Públicas y los mercados inmobiliarios.

Uno de los principales desafíos se encuentra en los mercados financieros, que son vulnerables a ajustes desordenados de precios debido a las vulnerabilidades en los fondos de inversión, las valoraciones excesivas, la alta volatilidad y los bajos niveles de liquidez. Aunque las entidades de crédito de la zona euro han mostrado fortaleza frente a las tensiones externas, el aumento de los costes de financiación y el deterioro de la calidad de los activos pueden afectar su rentabilidad.

El informe resalta que, a pesar de una ligera mejora en las condiciones económicas, las perspectivas de crecimiento inciertas, la persistencia de la inflación y el endurecimiento de las condiciones de financiación siguen afectando a los balances de empresas, hogares y Administraciones Públicas. Además, cualquier deterioro inesperado en las condiciones económicas o financieras podría desencadenar ajustes desordenados en los mercados financieros y en los mercados inmobiliarios.

Luis de Guindos, vicepresidente del BCE, enfatiza la importancia de la estabilidad de precios para lograr una estabilidad financiera duradera. Sin embargo, advierte que el endurecimiento de la política monetaria para combatir la alta inflación podría exponer vulnerabilidades en el sistema financiero. Por lo tanto, es crucial monitorear estas vulnerabilidades y aplicar plenamente la unión bancaria para mantenerlas bajo control.

El informe destaca que las empresas de la zona euro enfrentan un endurecimiento de las condiciones de financiación y perspectivas de negocio inciertas. Esto puede plantear dificultades, especialmente para aquellas empresas que ya experimentaban altos niveles de deuda y disminución de beneficios al finalizar la pandemia. Por otro lado, la alta inflación afecta a los hogares, especialmente a los de ingresos más bajos, reduciendo su poder adquisitivo y comprometiendo su capacidad de pago de préstamos.

En cuanto a los mercados inmobiliarios, se observa una corrección en curso. Aunque hasta ahora los ajustes de precios han sido ordenados, podrían volverse desordenados si los incrementos en las tasas de interés generan una disminución significativa en la demanda de préstamos hipotecarios. Además, los mercados inmobiliarios comerciales enfrentan condiciones de financiación más restrictivas, perspectivas económicas inciertas y una mayor debilidad de la demanda post-pandemia.

En resumen, los mercados financieros, las entidades de crédito y los mercados inmobiliarios de la zona euro continúan siendo vulnerables. Se requiere una respuesta global y enérgica por parte de las autoridades para aumentar la confianza en el sistema financiero y su capacidad para hacer frente a los riesgos. Además, es esencial completar la unión bancaria y establecer un sistema europeo de garantía de depósitos común.

 

 

 

 

 

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