Rescatamos esta interesante entrevista a Ferran Porto Vila (Pollensa, 1948), empresario turístico, licenciado en derecho, fundador y visionario de PortBlue Hotels, presidente de la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM) entre 1992 y 1999, presidente de la Comisión de Turismo de la Cámara de Comercio de Mallorca, Ibiza y Formentera, y su hijo Arnau Porto Dolç (Palma de Mallorca, 1985), cofundador de PortBlue Hotels y de Whitesand Hotel Management, holding familiar empresarial que gestiona los activos de la cadena hotelera mallorquina, propietaria y gestora de establecimientos emblemáticos en Mallorca, Menorca y el Caribe.
Ellos son Los Porto, padre e hijo, una saga de emprendedores que capitanean una rara avis en el mundo de los negocios turísticos, donde priman los valores de la familia y de su equipo, el respeto y el compromiso con la preservación medioambiental, la cultura de la visión empresarial a largo plazo y la reinversión continuada en los activos de la cadena.
Los Porto pertenecen a ese exclusivo 33 % de las empresas familiares que, según datos del Instituto de la Empresa Familiar, ha conseguido, con sobresaliente, gestionar los retos que supone la llegada de la segunda generación a la gestión del patrimonio y los negocios. Tan solo 3 de cada 10 familias lo logran.
Simon Sinek, conocido por su concepto de «Golden Circle» acerca de la inspiración de los líderes, citaba que los líderes o empresas exitosas son los que saben comunicar muy bien “el porqué” de sus acciones.
Este tándem, de padre e hijo, logra conectar y transmitir la pasión que ambos sienten por la empresa familiar y el inmenso respeto y admiración que se tienen mutuamente.
Un equipo formado por la experiencia del padre y sus vivencias de un pasado donde la isla de Mallorca empezaba su andadura en el sector del ocio, en pleno auge de las primeras vacaciones remuneradas de los años 60; junto a Arnau, el hijo, en cuyo currículo académico y profesional figuran licenciaturas y máster en dirección de empresas por ESADE, Ingeniería Superior de Telecomunicación en la UPC, intercambios académicos con la UCLA, el MIT de Massachusetts y un MBA de Stanford; estudios que a su vez compaginó con prácticas en la prestigiosa JP Morgan en Londres y Múnich para la firma de consultoría estratégica BCG; primer estudiante recién salido de la universidad, a quien Blackstone, el conocido fondo de capital riesgo, contrató inmediatamente tras graduarse, para fichar finalmente por el fondo Viking Global Investors, que dirige Andreas Halvorsen.
El engranaje de PortBlue Hotels es perfecto: la optimización de recursos tecnológicos y las sinergias creadas a través del huso horario que los separa en tiempo y espacio no hacen más que reforzar una estructura empresarial poco común, que logra cohesionar y trabajar en equipo a miles de kilómetros de distancia.
Portblue Hotels navega a la velocidad del más rápido de los participantes de nuestra última Copa del Rey; en apenas 2 años, han pasado de gestionar el famoso resort Portblue Club Pollentia Resort & Spa a ampliar su portfolio con 7 hoteles más: 6 en Menorca, los activos del desaparecido grupo S’Algar de la familia Sintes y a principios de este año 2017, cerraban su primera adquisición internacional: Le Sivory by PortBlue Boutique en Punta Cana, primera incursión del grupo en el Caribe y primera piedra de la nueva división de lujo de PortBlue Hotels.
En esta, su primera entrevista juntos concedida a Ibeconomia.com, hablamos de los orígenes, los desafíos, las oportunidades pero sobre todo del esfuerzo, en capital humano y financiero, que ha supuesto la trayectoria de esta familia.
«El éxito no es fácil, es un camino difícil”, apunta Ferran, “Nuestra labor es crear valor para el cliente, y el gran reto es saber comunicárselo y que se convierta en valor para él. Si no lo consigues, de nada habrá servido.”
Estamos en los salones del Portblue Club Pollentia Resort & Spa; símbolo de gestión medioambiental, pionero a nivel mundial y único complejo de Mallorca que se nutre por geotermia. Suena rompedor en la actualidad, ilusorio si nos trasladamos a los tiempos de su construcción.
¿Cómo visionó el primer y único resort sostenible de la isla?
“Siempre digo que ha sido la vida la que me ha hecho empresario. Las situaciones que se dan son las que conforman tu trayectoria. En aquel entonces, mi familia paterna tenía estos terrenos, una granja de vacas, que se alquilaron a un empresario que construyó un campamento de bungalows con techos de uralita. La situación era de quiebra, de crisis absoluta y, dadas las circunstancias familiares, éramos huérfanos de padre y estábamos mis hermanas y mi madre, me vi obligado a ocuparme del poco patrimonio que teníamos.
Me influyó mucho un complejo que visité en el sur de Cerdeña, y recuerdo presentar el proyecto a nuestro principal touroperador belga, que entonces ocupaba más del 80 % de las plazas y dependíamos absolutamente de él. Me felicitó, pero me desaconsejó hacerlo en Mallorca.
Atónito le pregunté por qué, y me contestó que no interesaba un producto de esas características y de esa categoría, porque ellos vendían Mallorca como un producto muy estándar que ya les era muy rentable”, nos relata Ferran.
La providencia quiso que Ferran desoyera los consejos de aquel touroperador, que años más tarde quebraría, y que emprendiese las obras del resort ecológico que hoy conocemos todos, una construcción que se hizo por fases, en 5 años, reinvirtiendo año tras año con la ayuda de un partner estratégico: la Banca March.
“La Banca March es una de las pocas entidades que entiende más el valor de la familia como elemento impulsor de las empresas en Baleares; ellos son banca familiar y les estamos muy agradecidos”, añade Ferran.
“Hace 30 años la Banca March ayudó a mi padre y ahora con la inversión en Menorca, han vuelto a confiar en nosotros. Sin ellos no habría ni el Portblue Club Pollentia Resort & Spa ni PortBlue Hotels”, señala agradecido Arnau.
“Lo que iniciamos hace más de 30 años en términos de sostenibilidad, de responsabilidad social y de protección del medio ambiente, hoy está a la orden del día, pero en aquel entonces, nadie hablaba de estos conceptos”, prosigue Ferran.
“Debido a nuestra localización, nos debíamos construir un complejo respetuoso con el medio ambiente capaz de autoabastecerse.
En aquel entonces, nadie disponía de terciario; hoy en día seguimos sin estar conectados a la depuradora de Alcudia; y con los recursos disponibles y un equipo de jardineros, incluido yo mismo, diseñamos las lagunas y el tipo de vegetación, combinando agua y tierra como la Albufera, para depurar naturalmente.
Hoy toda la energía que se consume en el Portblue Club Pollentia Resort & Spa es captada a través de pozos geotérmicos: de 14 calderas pasamos a 4 y de un consumo de 700 L/semana de combustible, en la actualidad hemos rebajado más del 90 % la factura energética.
El coste es monumental para un hotel de nuestras características que dispone de un circuito subterráneo en horizontal de tuberías enormes. Vinieron expresamente ingenieros holandeses para su implementación porque en España no se fabricaban.
Hoy estas singularidades, la biodiversidad, la gestión ecológica que realizamos y nuestro compromiso como familia y empresa a la reserva natural, son valores esenciales de nuestro grupo, muy apreciados por nuestros clientes centroeuropeos”, añade Ferran.
Una apuesta y una inversión que merecieron la pena y que hacen de este resort mallorquín una experiencia capaz de conquistar a un amplio espectro de públicos muy diferentes.
Detrás de este hito empresarial, anhelado por todos los hoteleros del mundo, está Arnau, el artífice del éxito comercial, de la expansión y del modus operandi de la cadena: el “Leader” de PortBlue Hotels, como lo define su padre.
¿Arnau, con un bagaje académico y profesional como el tuyo, en qué momento decides involucrarte en la empresa familiar?
“Diría que fue un proceso orgánico, simplemente surgió. Es cierto que mi formación y mi trayectoria son muy distintas a la hostelería. De joven, los estudios se me daban bien y tenía muchas ganas de salir de la isla, tal vez inspirado por mi abuelo materno, que fue pionero en estudiar ingeniería de telecomunicaciones en Estados Unidos, y más tarde fue él quien gestionó la torre de control de Palma… y tenía ganas de volver”, sonríe, ante la atenta mirada de su padre.
“Crecí en este hotel y siempre he admirado a mi padre. Su visión de emprendedor, con una gran intuición del negocio hotelero, su gusto, sensibilidad y creatividad, han hecho del Portblue Club Pollentia Resort & Spa algo único. Ha dicho que soy el Leader y que él es el Senior que aporta las vivencias, es muy modesto, mi padre es el alma, el verdadero corazón.
Yo llevaba la hostelería dentro y sabía más de hoteles de lo que pensaba. Hace 8 años, compaginando con una etapa en la que estaba cursando el MBA en Stanford, que me permitía, como estudiante otra vez, poder dedicarle tiempo, comencé como consejero en recruitment para profesionalizar el equipo que teníamos. Así que empecé reclutando un equipo de operaciones, con especial énfasis en el equipo comercial. Iniciamos el proceso de profesionalizar la gestión, combinando el perfil intuitivo de mi padre con el mío analista.
En aquel momento, la comercialización online era muy incipiente; nosotros fuimos pioneros apostando por las nuevas tecnologías. Nuestra gran apuesta empresarial fue el equipo y la comercialización.”
Y todo lo expuesto lo realizan a distancia con una orquestación cuasi milimétrica, cada uno en un lado del planeta.
¿Cómo se articula la estructura y la gestión interna de PortBlue Hotels & Resorts desde San Francisco, lugar donde resides actualmente?
Arnau: “Efectivamente, la comunicación es no presencial, es un reto y no es evidente. Pero mi padre y yo tenemos aptitudes y habilidades que son distintas y se complementan.
Una de las cosas que nos ha transformado en la empresa ha sido la manera de comunicarnos internamente entre nosotros y con los líderes de cada departamento: el 80 % de las comunicaciones se realizan a través de Whatsapp.
Una herramienta simple y directa, acorde con nuestro espíritu de innovación tecnológica, que nos permite manejar decisiones rápidamente. Llevamos años trabajando en remoto.”
Ferran: “Reconozco que al principio, y por ser de una generación anterior, me chocaba. Es una estructura atípica, inusual diría más. ¡La propia gestora no tiene sede física, la parte financiera está en Menorca, el equipo comercial en Palma, el call center en Pollensa y el líder en San Francisco! Estamos disgregados, pero más juntos que muchas empresas, y funciona. Juntos a través de las tecnologías hablamos a diario.
¡Nuestra empresa tiene una media de edad de 30-40 años; en el staff estamos solo 2 mayores, el director de operaciones que está en los sesenta y yo que el año próximo cumplo 70!”
Arnau: “¡Muy buen punto: somos agnósticos a la edad! Un equipo joven con espíritu de startup. Tiene mucho mérito aceptar este cambio, muy poca gente sería capaz tras lo que has conseguido.”
Ferran: “Es cierto y todo va unido a la voluntad del traspaso generacional; no se puede seguir anclado en la idea que la edad es fundamental para acceder a un puesto de responsabilidad.
Muchas cadenas y empresas, tienen como responsables comerciales a personas con edades comprendidas entre los 50-60, con dilatada experiencia en la touroperación tradicional – que funcionan muy bien – y aunque tengan a alguien en su equipo que haga online, este no será el ADN del departamento. Nosotros sí. La mayoría del equipo de Whitesand Hotel Management tiene un perfil tecnológico más que hotelero; en cambio, en operaciones, somos del “Go back to old school” porque los de 30 no tienen la experiencia necesaria en el servicio.”
Defíname entonces cómo describiría esta combinación de experiencia y tecnología aplicada a la hostelería.
Ferran: “La actividad de la hotelería es súper clásica: el servicio, la buena comida, la atención al detalle, pero a esta escuela antigua, nosotros le hemos puesto un cerebro moderno, de gente ágil, donde la presencia no es necesaria; la gestión, el nervio que hace que funcione el engranaje, es muy joven con formación muy tecnológica: una combinación con muchas oportunidades.”
¿Qué oportunidades?
“Hoy en día, las nuevas tecnologías están al alcance y en la gestión de cualquier empresa. Nosotros hemos apostado por ellas y nos apoyamos en ellas. Todo nuestro equipo siempre ha trabajado con esta dinámica, que te permite mucha flexibilidad; a veces la tradición es la que hace que no se aproveche todo su potencial y existen empresas que siguen con un esquema tradicional todos juntos en un mismo edificio.”
Hablemos de la expansión y del futuro de PortBlue Hotels
Arnau – “Hace años, con los resultados de la gestión y el background financiero y administrativo adquirido, tuvimos la oportunidad de comprar los activos del grupo S’Algar en Menorca y ampliar nuestro portfolio en 7 hoteles.
Había nacido la marca PortBlue Hotels & Resorts, con el PortBlue Club Pollentia Resort & Spa como activo más conocido y nuestra división de lujo, con la gestión de la Quinta en Menorca y la adquisición de nuestro primer hotel boutique internacional en el Caribe: Le Sivory by PortBlue Boutique en Punta Cana.
Nuestro modelo de negocio y futuro de PortBlue Hotels & Resorts, se encamina hacia el segmento de los Hoteles Boutique y el lujo, buscamos proyectos de 4* superior y 5* con un foco en el lujo. Apostamos por este sector, sea en gestión o en alquiler de hoteles de estas características.
Y ¿qué cualidades son las que buscan en sus partners?
“Deben tener visión a largo plazo y espíritu de reinversión en el activo. Como socios estratégicos, capitalistas, inversores, nacionales o internacionales, es fundamental que entiendan los factores del negocio hotelero y los valores de la empresa familiar.” nos responde Arnau.
Le Sivory by PortBlue Boutique en Punta Cana Una entrevista de padre e hijo, dos generaciones que han sabido unir sus fortalezas en el mundo de los negocios hoteleros, una combinación ganadora de lo clásico con el futuro.
Pero para finalizar esta extensa entrevista, no podemos dejar pasar la oportunidad de preguntarle a Ferran, tras su paso en los años 90 por la presidencia de la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM), cómo ve en la actualidad el panorama turístico de Baleares. Y una vez más, sus palabras sientan cátedra.
“Ahora mismo os tengo que reconocer que mi mente está totalmente centrada en nuestro proyecto. Nunca antes había disfrutado tanto como en estos momentos al lado de Arnau y de todo nuestro equipo.
En aquel entonces – durante mi mandato en la FEHM – luchaba por la unificación de criterios entre los hoteleros. Hoy, con el ecosistema digital y la inmediatez en las comunicaciones, no es necesario porque los criterios ya están unificados.
El turismo de Baleares es y será uno de los principales motores de la economía, siempre y cuando estemos a la altura de las circunstancias, innovando, apostando por la calidad, por la sostenibilidad y por el talento. Hoy, desde nuestra humilde posición en PortBlue Hotels & Resorts, creemos que estamos aportando nuestro granito de arena para que así sea”, concluye Ferran Porto.