Cultura, naturaleza, deporte e historia son los ingredientes principales del Hotel Rural Can Lluc para disfrutar Ibiza en su máximo esplendor en primavera.
La primavera es una de las estaciones que más emociones despierta y en la que las ganas de organizar planes aumentan. Por ello, el lujoso Hotel Rural Can Lluc, situado en pleno corazón de Las Pitiusas, propone cinco planes para disfrutar al máximo de la Ibiza primaveral.
1. Viajar a través del tiempo, en Dalt Vila. Una de las formas más interesantes de conocer el centro histórico de la ciudad es hacer un recorrido a través de visitas teatralizadas a Dalt Vila, que se celebran todos los sábados del año, al atardecer. Con el Portal de Ses Taules como punto de inicio, los visitantes podrán viajar en el tiempo por las callejuelas del barrio intramuros, para saber cómo se vivía en la época en que se construyó el recinto amurallado, con explicaciones que harán entender la forma de vida y la sociedad renacentista.
Al mismo tiempo, se podrá contemplar la escenificación de un romance teatral inspirado en los tiempos de la Ibiza renacentista, cuando se erigían las murallas. Un plan idóneo que combina diversión y cultura.
2. Navegar en paddle surf, en Cala Vadella. Este deporte acuático, que tanta popularidad ha ganado en los últimos años, es otra muy buena opción para practicar en primavera. Por ello, el Hotel Rural Can Lluc recomienda realizar una excursión en paddle surf por las costas de Cala Vadella. Y es que la puedes emprender, tanto en Stand Up Paddle (SUP), como haciendo clases de SUP yoga con salida desde el puerto natural de la cala.
Explorar sus calmadas aguas cristalinas, descubrir antiguas cuevas en lugares escénicos a lo largo del camino, practicar un yoga diferente y admirar una hermosa puesta de sol sobre las tablas desde la desembocadura de esta pintoresca bahía, conforman un plan primaveral ideal para aquellos que les guste mezclar naturaleza y deporte.
3. (Re)Descubrir la antigua cueva de piratas de Can Marçà. Ubicada en un bello paraje natural del norte de Ibiza, es una impresionante cueva de más de 100.000 años de antigüedad que desde los años 80 se ha convertido en uno de los importantes destinos turísticos de la isla.
Localizada en el interior de un acantilado del Port de Sant Miquel, la cueva fue descubierta por piratas según unos y contrabandistas según otros, que la utilizaron para esconder sus mercancías en el pasado, donde aún se pueden ver las marcas con las que señalaron la entrada y la salida. Estalactitas y estalagmitas crean un llamativo escenario natural mientras un paseo exterior sobre los hermosos acantilados dibuja unas vistas privilegiadas.
4. Sumergirse en la Ibiza Medieval. Uno de los acontecimientos lúdicos y culturales más destacados de la isla es la Feria Ibiza Medieval, un auténtico plan que concentra a más de 100.000 visitantes cada mayo durante cuatro días.
Declarada su muralla y todo el recinto fortificado Patrimonio Mundial por la Unesco por poseer la acrópolis mejor conservada del Mediterráneo, se convertirá junto a las calles de Dalt Vila en un gran teatro al aire libre poblado de juglares, artistas, domadores de aves, artesanos, orfebres, mercaderes de especias, bailarinas o fabricantes de chocolates. Un verdadero espectáculo repleto de colores, olores y sabores de varios continentes, donde se dan cita la historia de la isla, las costumbres y tradiciones, con ese carácter festivo, cosmopolita y multicultural, siendo seña de identidad de Ibiza en todo el mundo.
5. Disfrutar del campo ibicenco. ‘En abril la flor empieza a salir’. Qué mejor época que la primavera para disfrutar de un campo ibicenco que empieza a florecer y a llenarse de intensos colores. Repleto de algarrobos, higueras, almendros, viñedos y árboles frutales, el campo de la isla ofrece a los visitantes la paz y la tranquilidad de la Ibiza más alejada del bullicio.
Una de las mejores formas de contemplar este bello espectáculo paisajístico, es desde el Agroturismo Can Lluc, situado en el interior, en el corazón de Ibiza, en un tranquilo valle de gran valor ecológico, rodeado de bosques de pinos, algarrobos y olivos milenarios. Cuenta con una plantación de 2.000 parras que completan un paisaje plagado de árboles frutales que late en plena naturaleza. Alojarse en su emplazamiento idílico significa poder admirar el espíritu mediterráneo en cada rincón de sus instalaciones en las que conviven en armonía la tradición y la modernidad.
Resguardado en la falda de la montaña llamada Atalaya de Sant Rafel, frente a una zona denominada tradicionalmente Coll den Lluc, desde el Hotel Rural Can Lluc se pueden apreciar bonitas vistas panorámicas de todo el paisaje hasta Sa Talaia de Sant Josep, el monte más alto de la isla, así como la Bahía de Sant Antoni, la isla Conejera y parte de la zona protegida de Es Amunts, en la parte norte de la isla.
Y cómo no, no podía faltar la gastronomía. El Hotel Rural Can Lluc dispone de una carta basada en productos mediterráneos, pero también hará sus recomendaciones al visitante que desee conocer dónde comer según sus necesidades y gustos; los restaurantes o también kioskos de playa con los mejores arroces, pescados de la isla y vinos; dónde degustar las famosas hierbas ibicencas, o dónde prefieren ir a comer los locales.