Uno de los principales indicadores de la desigualdad en el entorno laboral es la brecha salarial. Según datos recientes, la brecha salarial de género por hora se redujo del 15% al 9% entre 2010 y 2022 (fuente). Sin embargo, esta diferencia se acentúa en los niveles más altos de responsabilidad, donde las directivas reciben retribuciones notablemente inferiores a las de sus homólogos masculinos.
El acceso a puestos de liderazgo sigue siendo un reto. En 2024, las empresas del IBEX 35 lograron la paridad de género en sus consejos de administración, con un 41,22% de mujeres, colocando a España entre los seis países europeos que alcanzan el objetivo del 40% fijado por la directiva comunitaria (fuente). Sin embargo, la presencia de mujeres en comités ejecutivos sigue siendo baja, con un 22,63% en el IBEX y un 23,52% en el resto del mercado continuo.
Un ejemplo de éxito a nivel mundial es Mary Barra, CEO de General Motors desde 2014 y la primera mujer en dirigir una de las grandes automotrices del mundo. Su liderazgo ha sido clave en la transformación digital y la apuesta por la movilidad eléctrica en la compañía (fuente).
En España, destaca Ana Botín, presidenta del Banco Santander desde 2014. Botín ha impulsado iniciativas de diversidad e inclusión dentro del sector financiero, además de programas que fomentan el emprendimiento femenino y la digitalización (fuente).
Conciliación y techo de cristal
Otro factor clave que impacta en la carrera profesional de las mujeres es la conciliación laboral y familiar. A pesar de los avances en permisos parentales y flexibilidad laboral, muchas trabajadoras siguen asumiendo la mayor parte de las responsabilidades familiares, lo que limita sus oportunidades de crecimiento dentro de la empresa.
El denominado «techo de cristal» es una barrera invisible que impide a muchas mujeres alcanzar altos cargos. Esta limitación no solo responde a cuestiones estructurales dentro de las empresas, sino también a estereotipos de género que persisten en la cultura empresarial.
Un ejemplo de superación es Sheryl Sandberg, ex directora de operaciones de Meta (Facebook), quien ha sido una gran defensora del liderazgo femenino. Su libro Lean In expone las dificultades que enfrentan las mujeres en el mundo corporativo y ofrece estrategias para avanzar en sus carreras (fuente).
En España, María Dolores Dancausa, CEO de Bankinter, ha logrado posicionar el banco como una de las entidades más rentables del sector, desafiando la predominancia masculina en la banca (fuente).
Las empresas como motor de cambio
Para lograr una verdadera igualdad, las empresas deben apostar por políticas activas de diversidad e inclusión. Algunas medidas clave incluyen:
- Transparencia salarial para reducir la brecha de género.
- Flexibilidad horaria y fomento del teletrabajo para mejorar la conciliación.
- Programas de mentoría y promoción interna para impulsar el liderazgo femenino.
- Medidas contra la discriminación y formación en igualdad de género en el ámbito empresarial.
Conclusión
El papel de la mujer en la empresa es cada vez más relevante, pero aún existen retos importantes que deben abordarse para lograr una igualdad real y efectiva. La implementación de políticas que favorezcan la equidad de género no solo es una cuestión de justicia social, sino que también beneficia la productividad y competitividad de las empresas.
Ejemplos como Mary Barra, Ana Botín, Sheryl Sandberg o María Dolores Dancausa demuestran que el liderazgo femenino es clave para el desarrollo económico y social. Sin embargo, es necesario seguir impulsando cambios estructurales para garantizar que más mujeres puedan alcanzar su máximo potencial en el mundo empresarial.
La lucha por la igualdad en el ámbito laboral continúa. Las empresas, junto con el compromiso de la sociedad y las instituciones, tienen en sus manos la oportunidad de construir un futuro más equitativo para las próximas generaciones.