El Credit Suisse, el segundo banco suizo, a causa salida de grandes patrimonios, una mala directiva y la perdida de confianza de su inversor saudí ha entrado en importantes problemas financieros, lo que ha provocado que sus acciones caigan más del 30% en un día, alcanzando un mínimo histórico de 1.55 francos suizos. Sin embargo, la entidad ha logrado limitar su desplome por debajo del 20%.
Ante esta situación, Credit Suisse ha solicitado ayuda al Banco Central suizo, quien ha afirmado que la entidad cumple con los requisitos de liquidez y capital, pero ha ofrecido rescatarla si es necesario. Como parte de una «acción decisiva» para fortalecer su liquidez, Credit Suisse ha anunciado que tomará prestados hasta 50.000 millones de francos suizos (57.000 millones de euros) del Banco Nacional Suizo.
En relación esta crisis bancaria global de Credit Suisse, SVB y Signature Bank, se puede identificar un único hilo conductor, que es la incertidumbre y el miedo a nivel global. Estos eventos ocurrieron en Estados Unidos y Suiza, países emisores de moneda, y se vieron agravados por la acelerada subida de tasas de interés que tanto la Reserva Federal como el Banco Central Europeo han estado generando desde 2022 para combatir la inflación.
Según los expertos, existen cinco puntos clave que detonaron la crisis bancaria actual, independientemente de las particularidades del contexto local y de cada entidad. El primer y más significativo de ellos es el riesgo generado por el aumento acelerado de las tasas de interés por parte de los bancos centrales.
La política monetaria restrictiva y la cercanía de una recesión económica son otras de las consecuencias que surgieron a raíz de la tardía actuación de la Reserva Federal frente a la inflación, y que han provocado una subida acelerada de las tasas desde el 2022, luego de que en 2021 estuvieran en 0%. Como resultado, los inversionistas han anticipado un encarecimiento de los depósitos para la banca y, por ende, han buscado el mejor acomodo posible para su tesorería, lo que ha generado retiros masivos en las entidades.
En cuanto a los efectos que esto ha tenido, se pueden señalar dos: por un lado, los inversionistas han anticipado un encarecimiento de los depósitos para la banca y, por ende, han buscado el mejor acomodo posible para su tesorería, lo que ha generado retiros masivos en las entidades.
Por otro lado, en relación con Credit Suisse, es poco probable que este banco se quiebre, debido a que es el banco más importante de Suiza, pero es previsible que el Gobierno lo absorba, lo que provocará pérdidas para los accionistas.
El segundo punto clave se relaciona con la pérdida del valor de los rendimientos de los bonos de deuda pública, lo que afectó en gran medida a SVB, que tenía una parte mayoritaria de sus activos (55%) invertidos en valores de renta fija, como títulos del Gobierno estadounidense. Finalmente, los expertos indican que los problemas de Credit Suisse son en gran medida de cosecha propia, pero la crisis de los bancos regionales de EE.UU. ha amplificado los problemas del banco suizo.
¿Cuales pueden ser las consecuencias de estas caidas a nivel mundial?
En primer lugar, los bancos son fundamentales para el funcionamiento de la economía mundial. Si los bancos estadounidenses caen, se verán afectados los préstamos y la financiación de proyectos en todo el mundo. Los mercados de valores también podrían verse afectados, lo que podría provocar una caída generalizada de los precios de las acciones.
En segundo lugar, la caída de los bancos estadounidenses podría desencadenar una crisis de confianza a nivel mundial en el sistema financiero en su conjunto. La gente podría comenzar a retirar su dinero de los bancos, lo que podría provocar una crisis de liquidez y hacer que se congele el crédito. Si esto sucede, las empresas podrían tener dificultades para obtener préstamos, lo que podría llevar a despidos y una recesión global.
En tercer lugar, la caída de los bancos estadounidenses podría provocar una devaluación del dólar. El dólar es la moneda de reserva mundial y es utilizada por muchos países para comerciar entre sí. Si el valor del dólar cae, podría provocar inestabilidad en los mercados de divisas y aumentar el costo de la financiación.
En cuarto lugar, la caída de los bancos estadounidenses podría tener un impacto significativo en los mercados emergentes. Muchos países en desarrollo han dependido del capital extranjero y de los préstamos de bancos internacionales para financiar sus proyectos de infraestructura. Si los bancos estadounidenses caen, podría ser difícil para estos países obtener financiación, lo que podría frenar su crecimiento económico.
