Pesimismo entre los pequeños inversores por la gran inestabilidad económico-financiera actual

inversión dices-over-newspaper-2656028_1920 Imagen de Gino Crescoli en Pixabay
Según el último índice elaborado por OCU, el pesimismo cunde entre los pequeños inversores, debido a un empeoramiento de las finanzas de su hogar y, frente a la caída de valor de sus inversiones tanto en acciones como las de renta fija, piensan antes en reducirlas que en aumentarlas.

El estudio revela que el inversor particular considera que su capacidad de ahorro no aumentará, y que, de tener que decantarse por una inversión lo haría por la renta fija, la única que marca un valor por encima de 100 en los índices.


La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), a través de su publicación OCU Inversiones, lleva desde hace casi veinte años, tomando el pulso todos los trimestres al inversor español de a pie para averiguar la percepción que tiene de los mercados financieros y sus expectativas respecto a la evolución de sus finanzas personales y sus intenciones de inversión durante los próximos doce meses.

Este índice ha sido construido con una escala que va de 0 (máxima desconfianza) a 200 (confianza total). El punto medio, 100, da una idea de estabilidad y marca la diferencia entre estar dispuesto a aumentar las inversiones (más de 100) o a reducirlas (menos de 100).

Según el último índice de confianza de OCU, el pesimismo cunde entre los pequeños inversores/ahorradores españoles y su confianza se desmorona hasta situarse incluso por debajo de los niveles de la pandemia en 2020. Todos nuestros índices vuelven a situarse por debajo de 100 (valor que indica una tendencia pesimista).

Un pesimismo que no es de extrañar ya que al mismo tiempo que se realizaba esta encuesta se producía el encarecimiento generalizado de los precios (consumo, energía…), el alza del precio oficial del dinero (que ha provocado una subida fulgurante del Euríbor y, por ende, de las cuotas a pagar por los préstamos hipotecarios referenciados al mismo), una economía cuyas perspectivas de crecimiento han sido revisadas a la baja y una guerra en Ucrania que no tiene visos de solución a corto plazo.

El estudio revela que el inversor particular considera que su capacidad de ahorro no aumentará, y, por tanto, no tiene intención de realizar nuevas inversiones (índice 89,49), menos aún que en junio pasado (índice 97,49). La mayoría se contentará con poder mantener las que ya tiene (algo más del 62% de los encuestados), buscando quizás hacerse con un remanente por si tienen que echar mano de él en caso de necesidad.

Asimismo, son muchos más los que tienen intención de deshacer posiciones (el 26%, de los cuales el 19% prefiere vender sus acciones) frente a los que se aventurarán a realizar nuevas inversiones (el 11% de los encuestados), de los cuales parece que se decantarán por la renta fija (índice 102,50)– antes que por las acciones (índice 97,33), lo que corrobora que el inversor huye del riesgo y busca puertos más seguros para su dinero.

En cuanto a la inversión en inmuebles, también decae el interés por la misma (índice 85 frente al 93.33 del mes anterior). Y mientras que hace tres meses el 23% de los encuestados decía tener la intención de desprenderse de sus inmuebles, ahora ese porcentaje se ha elevado hasta casi el 33%. En cualquier caso, la mayoría (el 56%) opta por mantenerlos a la espera de que en el futuro se den mejores oportunidades que en la actualidad.

 

 

 

 

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